La sesión de fotos nos la tomamos como un día cualquiera, a pesar a la importancia que implica para los recién casados.
Ellos no querían un recuerdo cargado de seriedad y tradición, por lo que les propuse salir a las afueras de Zamora a lo que accedieron encantados.
Poco a poco los protagonistas se hicieron a la cámara apartando los pocos nervios que asomaban en un principio. Se dieron cuenta de que, todos buscábamos pasar un buen rato y plasmar su bonito día en imágenes a través de las cuales, podrán recordar el día tan importante que vivieron.